sábado, 25 de marzo de 2017

LA VIUDA NEGRA (Gabriel Allon 16) - Tristemente oportuno con el terrorismo de ISIS como tema central - Valoración 9 sobre 10

Título original Black Widow
Traductor Victoria Horrillo Ledesma
Páginas 464
Idioma Español
Publicación 2016 (2017)
Editorial Harper Collins

En las novelas de Daniel Silva, como en toda novela de aventuras que se precie, prevalecen la acción, el suspense y el riesgo, sostenidos por una trama sólida en torno a temas de candente actualidad. No se recrea en la introspección psicológica de los personajes y su análisis del trasfondo político no es exhaustivo, pero sí suficiente. No hay “paja”, rellenos o partes que no estén justificadas; posee la lógica de un mortal juego de ajedrez.  Son productos dignos, escritos con competencia y respeto al lector que cumplen holgadamente su objetivo: atrapar y mantener en vilo al lector.

El género de espionaje que hace Silva, no es suntuoso al estilo James Bond, o tecnológico al estilo de Tom Clancy, ni elíptico como en Len Deighton (1) o sombrío y melancólico como John Le Carre en su primera etapa, es un espionaje de infiltración, de a pié, cuyas armas son la astucia y la determinación.

Tristes coincidencias.

Daniel Silva estaba trabajando en esta novela cuando se produjeron los atentados de París y Bruselas; yo la terminaba de leer cuando se produce el atentado de Londres. La coincidencia me impresionó y Silva dice que pensó en dejar el libro. Unos compañeros del insti de mi hija estaban en Londres durante el último atentado. Los ataques de ISIS en Europa son tan frecuentes que coincidir con uno de ellos no es difícil.

La viuda negra.

“Muchas son mujeres cultas, mucho más formadas que los hombres que se han unido al ISIS. Tienen prohibido luchar, así que asumen tareas de apoyo importantes. En muchos aspectos, son las mujeres las que están construyendo el califato. Muchas de ellas se casan, además, con hombres que tienen muchas probabilidades de convertirse en mártires en un futuro cercano. Una de cada cuatro queda viuda. Las viudas negras —añadió—. Adoctrinadas, amargadas, vengativas. Lo único que hace falta es un buen reclutador o un ojeador con talento para convertirlas en bombas de relojería andantes.”

Gabriel Allon, el legendario espía y asesino, iba a ser nombrado jefe de los servicios secretos de Israel, cuando explota una bomba en el barrio judío de París causando una gran masacre con numerosos muertos y mutilados, entre los que se cuenta Hannah Weinberg, una antigua amiga de Allon. Paul Rousseau, el jefe del grupo antiterrorista francés, contacta con Allon para informarle de que Hannah le ha dejado en herencia un valioso cuadro de van Gogh y pedirle ayuda en la investigación del atentado. Allon acepta y decide infiltrarse en ISIS para identificar y neutralizar los planes de “Saladino”, el líder más cruel, frío y calculador de la organización terrorista. Natalie, doctora que habla varios idiomas, es adiestrada por el equipo de Allon para adoptar la identidad de “viuda negra” y llegar hasta Saladino. Pero éste prepara un atentado masivo en USA y se propone utilizar a Natalie como “distracción” de los servicios de inteligencia.

Aunque se trata de una novela de acción de las que aceleran el pulso, Silva dibuja un cuadro realista de los errores políticos y estratégicos de occidente en relación al polvorín de oriente medio. Son muchos: desde la eliminación de los dictadores de la zona que tenían bajo control el radicalismo islámico, al apoyo a las “primaveras árabes” sin calcular las consecuencias, la ceguera de la CIA ante los atentados del 11-S y la dudosa decisión de invadir Irak y después retirar las tropas dejando el terreno abonado para la implantación y ascenso de ISIS.

Hasta ahora, he leído cuatro novelas de la serie Gabriel Allon de Daniel Silva: El confesor, Las reglas del juego, El hombre de Viena y La viuda negra; a todas las he valorado con un 9. Sólo recuerdo otro autor, dentro del género de espionaje actual, que haya merecido mi tan alta estima. El afortunado es…Nelson DeMille, por su humor y sarcasmo irreverentes. No os perdáis su serie protagonizada por el incomparable John Corey.


NOTAS
(1)   Len Deighton, un Kafka del espionaje. Cínico, sinuoso, a veces dueño de una oscura poética; su obra es todo un reto, sólo apta para paladares exquisitos Me siento tentado a releer su estupenda primera trilogía de Bernard Samson:
      - El juego de Berlín (Berlin Game, 1983)
      - El set de México, 1984
      - El partido de Londres, 1985
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