miércoles, 21 de septiembre de 2016

BREVE HISTORIA DE SIETE ASESINATOS de Marlon James - Una epopeya de violencia y degradación - Valoración 10 sobre 10

 Título original A brief history of seven killings
Traductor Javier Calvo
Páginas 800
Idioma Español
Publicación 2014 (2016)
Editorial Malpaso

Para empezar, la historia no es breve y no son siete los asesinatos, es una verdadera escabechina; pero no recuerdo una novela de 800 páginas que haya devorado con tanta avidez y, además, se me haya hecho corta. Con esta obra, Marlon James, ganó el prestigioso premio Man Booker Prize en 2015; galardón que se había concedido a autores como Ian McEwan, Margaret Atwood, Coetzee, A.S. Byatt, John Banville o William Golding, entre otros. La lista del Booker Price es la de los escritores más significativos de la novela contemporánea escrita en inglés. Puede que, a algunos, esto no les impresione. Vale. ¿Y si les digo que es un pedazo de novela negra mejor que El poder del perro de Don Winslow?

La historia comienza con las guerras pandilleras en los barrios pobres de Kingston, la capital de Jamaica, instrumentadas para controlar el voto por los dos partidos que se alternan en el poder: el PNP (Partido Nacional Popular) y el JLP (Partido Laborista de Jamaica). Describe, con una inusitada crudeza, la vida degradada y violenta de capos y pandilleros, la impunidad de la policía corrupta, la intervención de la CIA, cubanos anticastristas y otras agencias que intentan frenar el comunismo manejando los hilos desde su ignorancia cultural, y la vida de gente corriente en su intento desesperado de escalar el muro de la miseria cotidiana. La trama tiene dos nudos centrales: el intento de asesinato de El cantante (Bob Marley), figura mítica e inalcanzable que se esfuerza por poner paz entre las bandas políticamente manipuladas y la masacre en un fumadero de crack en el Bronx, llevada a cabo por Josey Wales, uno de los capos principales. Wales había dado el salto a los USA como distribuidor de la mafia colombiana.

Inspirándose en Mientras agonizo de William Faulkner, James hace que varios personajes se expresen desde su lugar en la historia y con su propio lenguaje (o jerga), construyendo un impresionante puzzle, vivo y estremecedor, de la lucha por la vida en un hábitat dominado por la violencia, la miseria, y el frío pragmatismo, donde solo sobrevive el más fuerte o el más abyecto. Astucia, rabia y fuerza al servicio de obtener sexo y droga los más desgraciados, y más poder los más fuertes.
Malon James pone en juego todos los registros de la primera persona narrativa: monólogo interior, flujo de conciencia, cámara subjetiva (con imagen y sonido), diálogos unilaterales (oímos a un solo hablante y las respuestas se intuyen)… Si la historia es rica y compleja, las escenas son magistrales.

La novela está atiborrada de episodios despiadados dentro de un cuadro general que conmociona y avasalla:
La mujer lleva agarrado a la espalda a un bebé con el chupete en la boca y se pone a chuparle la pinga al tipo. Josey le pega un tiro y el men se cae de espaldas contra la puerta pero se aguanta de pie, y ella le sigue chupando la pinga muy fuerte y se la saca de la boca y se pone a darle palmadas porque se le está poniendo blanda y si el tío no se viene no le va a pagar.”
James es un virtuoso de la violencia, un artista de la degradación que, en cuanto a dureza, deja en pañales a un Cormac McCarthy o un Don Winslow. En algunos momentos, su estilo roto, compulsivo y jergal recuerda a Louis-Ferdinand Céline; pero sin empachar. Curiosamente. Será la hábil combinación de astucia y crueldad, los cambios de ritmo que van del rápido, al acelerado y salvaje; será la inmensa talla que adquieren los personajes principales, o la magnitud de venganzas y traiciones, lo que la acercan a la tragedia, y hasta a la epopeya griega, y la alejan del mero espectáculo de sangre y vísceras del “Gore”.

Uno de los personajes, Tristan Phillips, le habla del gueto a Alex Pierce, el periodista, y se refiere a una novela de V. S. Naipaul:
Pero en serio, Alex, la biblioteca de la cárcel es tremenda. En Jamaica iba a muchas bibliotecas y no había ni una que tuviera las cantidades de libros que se ven en Rikers. Tienen uno titulado Middle Passage. Lo escribió un indio, V. S. Naipaul. Candela, ese tipo cuenta que West Kingston es un sitio tan malo que no se le puede ni hacer una foto porque la belleza del proceso fotográfico te miente y no te cuenta lo horroroso que es en realidad. ¿Ah, te lo leíste? Pues confía en mí, ni siquiera él te da una idea correcta. La belleza de su forma de escribir también te miente. Es un sitio tan horroroso que no debería producir ni una sola frase bonita, jamás.” Pero Marlon James no miente, y si lo hace, resulta muy convincente.
Ahora caigo: las dos mejores novelas que he leído en los últimos años son de autores de origen jamaicano; una es ésta, y “Dientes blancos” de Zadie Smith es la otra. Curioso.


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