lunes, 30 de mayo de 2016

MORIR DESPACIO (Eladio Monroy 04) de Alexis Ravelo - Entretenida, ligerita y saludable. - Casi un 8.


Páginas 354
Idioma Español
Publicación 2012
Editorial Mercurio

Cuando no sabes lo que buscas es difícil que lo encuentres. Un par de días de una desconcertante inapetencia lectora, revolviendo y dejando libros a un lado, sin decidir a qué hincar el diente. Al borde de la exasperación, me topo con un Ravelo que empieza así:

Los personajes y acontecimientos que aparecen en esta novela pertenecen a la ficción. Por eso ninguna persona, partido político, o empresa habrá de sentirse aludido o reflejado en ninguno de los personajes, entidades y situaciones mencionados en ella. Así, la bandera de Gran Canaria que ondea en la plaza del Fuero Real de Las Palmas, el Real Decreto-Ley 3/2012 de Medidas Urgentes para la Reforma del Mercado Laboral e Iñaki Undargarín no existen. De igual forma, tampoco existe la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Ni Canarias. Ni ese país, aquí mencionado con el nombre de España. Ni siquiera el autor y el lector de este libro existen. Todos, usted y yo incluidos, formamos parte de un mero juego de espejos en el cual nos está permitido, incluso, llegar a creer en la existencia. Pero no nos engañemos: los espejos siempre mienten.”

Y sigue con una cita de Milorad Pavic: Diccionario jázaro (una de las novelas más turbadoras que conozco):
La verdad es transparente y no se ve, la mentira es opaca y no deja pasar la luz ni la mirada. Existe también un tercer caso, en el cual las dos primeras están mezcladas, y es el más frecuente. Con un ojo podemos ver a través de la verdad, y nuestra mirada se pierde en la inmensidad para siempre; con el otro ojo, en cambio, no vemos a través de la mentira ni a un palmo de la nariz, y la mirada no puede penetrar más allá, se queda en la tierra y es nuestra; así nos abrimos paso a lo largo de la vida caminando de costado. Por eso la verdad no se puede entender inmediatamente como la mentira, sino solo comparando verdad y mentira, las letras y los espacios en blanco de nuestro libro."

Alentado y suficientemente estimulado para proseguir con la lectura, apenas entrado en materia, me encuentro en medio de una agradable y desenvuelta negra-chancletera, en que un simpático y resolutivo Eladio Monroy chapotea en las ciénagas nacionales de la crisis (2012) y la corrupción. Nada de espesuras metaficcionales. Soltura, facilidad y unos cuantos guiños literarios para tener contentos a los listillos, con un animado y previsible final.

Monroy, marinero jubilado que cobra sus trabajillos en negro, con una hija lesbiana, una novia librera y una vieja Renault a la que llama “Naranjito”, acepta investigar un aparente suicidio. Metido en faena descubre otra muerte, que parece accidental, de una periodista relacionada con el suicida. Con obstinación y ciertas dosis de violencia inevitable, resuelve las dos muertes y, de regalo, destapa un caso de corrupción a gran escala. Entretenida, ligerita y saludable. Casi un 8.

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miércoles, 25 de mayo de 2016

MATAR Y GUARDAR LA ROPA de Carlos Salem - Me debato entre un estado boquiabierto y cierto malestar puntilloso - Valoración 8 sobre 10


Páginas 256
Idioma Español
Publicación 2008
Editorial Salto de página

Hoy, amedrentado, apabullado, he llegado a la plena consciencia que vivimos la “Era de los Talleres”. Ya lo intuía, pero hoy he visto la luz, he tenido la aplastante revelación. Hay talleres de todas las artes (pintura, escultura, música, cine, teatro..) y artesanías (de madera, barro, hierro, papel, seda, resina, textil…) terapias y pseudo terapias, autoayudas, relajaciones, curaciones, y así hasta el infinito (me niego a más paréntesis). Pero los talleres de escritura se llevan la palma. Los llaman taller, aula, laboratorio, espacio, curso, tutorial… En grado de iniciación, de primer nivel, de segundo, master… Los hay presenciales, online, por you tube… Te enseñan a hacer escritura creativa, relatos, ensayo, poesía, novela, novela negra, romántica, novela histórica… Cientos de escritores e instituciones culturales ofrecen talleres en que se forman miles de futuros premios Planeta. Todos llevamos dentro un escritor y un poeta que un taller te enseñará a parir, con o sin dolor. Supongo que con dolor se cotiza más, es más artístico.
Se crean decenas de concursos literarios para premiar las originales primeras obras de esos escritores en ciernes. En las calles, hay más talleres de escritura que tiendas de pakis (o de baratijas chinas, o lo que sea que abunda ahora –hace un par de días que no salgo-) y, en Internet, los talleres de escritura virtuales parecen capaces de desbancar a las web porno. ¿Alguien ha pensado en los pobres lectores? ¿Qué hacer ante tanta exuberancia, tanta fertilidad creativa? No hay problema, para eso están los cientos de revistas, blogs y secciones literarias de periódicos digitales, miles de blogs “independientes” de reseña y crítica literaria (incluido el mío y los de escritores que dirigen talleres). No hay excusa, el que no se desorienta es porque no quiere.

Carlos Salem (Buenos Aires, 1959), escritor, poeta y periodista, es profesor del Centro de Formación de Novelistas de Madrid y dicta talleres de narrativa en España y Suiza, además de realizar asesoría de novela por vídeo conferencia con diferentes países. Desde 2006 codirige el espacio literario Bukowski club de Madrid.
“Matar y guardar la ropa” es una segunda novela que parece una primera novela en que, el autor, sucumbe a la tentación de querer meterlo todo. Y si lo pones todo en una…¿qué te queda para las siguientes? No las he leído. Igual me tengo que desdecir.

Argumento.
Una empresa del crimen internacional manda a su sicario nº 3, Juanito Pérez Pérez en la vida civil y. de tapadera,  ejecutivo comercial de una empresa de suministros hospitalarios, a un camping nudista de Murcia con la orden de supervisar un pedido (asesinato) que tendrá lugar allí. Coinciden en el camping, todos en pelotas, Juanito, sus dos hijos Leti y Antonio, su exmujer Leticia y su novio el juez Gaspar Beltrán, su hermano Tony con su novia Sofía, el sicario nº 13, un viejo profesor llamado Andrés Camilleri y Yolanda, la nueva novia de Juanito. ¿Cuál es la misión? ¿Quién matará a quién? ¿Por qué?

Una cosa es dar una vuelta de tuerca y otra marearla (a la tuerca).
El juez Gaspar Beltrán y Andrés Camilleri son claros trasuntos, que tampoco son tan claros, y el lío de identidades e intenciones ocultas es monumental. Con una o dos tuercas que girar seria suficiente y aquí hay demasiadas.

Metaficción y autoreferencias.
Metaficción es reflexionar sobre la novela dentro de la novela. Parece que lo inventó William Gass y desde entonces se ha propagado de manera alarmante a lo largo y lo ancho de las artes y las ciencias: metamatemática, metalógica, metacomunicación, metadiscurso, metanarración, metarrelato, metatexto, metapoesía, metateatro, metanovela, metacuento, metapintura, metacine, metacómic,…Uishh. Ha proliferando casi tanto como los talleres.
Aquí la practica Andrés Camilleri y Juanito Pérez cuando discuten los posibles giros de la trama. Me parece un parche innecesario.
Como autorreferencia, tenemos el detalle de que Juanito compra en una librería la primera novela de Carlos Salem, “Camino de ida”. Tampoco hacía falta.
Si te empeñas en metaficcionar y autoreferenciar, mejor si lo haces de modo más sutil: la novela la compra, como de pasada, un personaje secundario, y la “meta” la pones en una conversación que, de casualidad, oye Juanito en el restaurante.

Unidad de tono o desbarajuste tonal.
La obra empieza de género negro-bufo, pasa a batiburrillo de vodevil, al teatro del absurdo de Pirandello (Seis personajes en busca de autor), al erótico-poético de la sonrisa vertical, a los juegos de identidades de Agatha Christie, para terminar con el dilema existencial de andar por casa, con un Juanito-Número 3, que con quince muertes a sus espaldas todavía duda de quien es. Con un par de tonos bastaría. Carlos Salem El Excesivo lo quiere todo.

Entre el humor infantil y el erotismo poético.
Un humor algo infantil que a mí me va:
“Me entero de que un tal Tony tenía una polla notable (sí, dice notable), pero que no la sabe usar y aguanta poco, aunque cualquier cosa es preferible al tedio programado de Teddy (es lógico que un tío llamado Teddy provoque el tedio, me digo)”

O cuando Tony patenta el Teo-doro, el nombre en honor a su abuelo, “un vater químico pero hermético, que el enfermo podía manejar sin ayuda.”

Un aire poético al que soy insensible (psicoanálisis a parte, creo que por culpa de los post cursis del facebook)
El sonido que me espera fuera, el que saldré a buscar, y el silencio que roba los ruidos habituales a la mañana, dos caras de una misma moneda que alguien no volverá a lanzar al aire. Nunca más.”

Y mucha porno-pesia a la que también soy insensible:
siento su boca en mi sexo, y es un calor diferente al de antes, como si quisiera aprenderlo, saberlo milímetro a milímetro, hacerlo suyo y volver a dibujarlo a su antojo. Floto en agua tibia, por dentro hiervo. Yolanda en el sueño sigue y sigue, pero en su persistencia hay algo distinto del desesperado orgullo herido de Leticia, hay pasión, hambre, lujuria y urgencia, hay sed de mí y me dejo beber en espasmos, benditos los sueños que derriban murallas, bendita boca que bebe y bebe, que sigue bebiendo mientras me calmo poco a poco y paso del sueño luminoso de sus labios al otro sueño, el de la nada más dulce. Y desde el fondo de la nada, en el sueño, Yolanda pronuncia mi nombre.”


Conclusión
“Vamos, que a éste insignificante reseñero, cabroncete engreído, no le ha gustado.” Pensareis. Falso. Es verdad que me debato entre un estado boquiabierto de extenuada postración y cierto malestar puntilloso y, creo, que si alguien lo sujeta, o el mismo Salem se contiene un poco, puede hacer algo muy bueno. Tiene gracia, soltura, ambición y descaro, una querencia a cuadrar círculos muy prometedora. Es un me cago en el principio entrópico y me río de la segunda ley de la termodinámica: cuando ese “totus revolutus” parece que va a volar en pedazos, los acaricia entre sus manos y nos los deja en orden y equilibrio. La obra me ha divertido y desconcertado en partes iguales.
Hay autores que escriben una novela negra cuando lo que de verdad quieren escribir es simplemente una novela, y el resultado es un híbrido difícil de clasificar,  donde pasan cosas muy raras. Uno es Carlos Salem, otro Víctor del Árbol.
Estaremos al acecho. Un 8.

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lunes, 23 de mayo de 2016

EL CAS SANTAMARIA de Andrea Camilleri - Un biomanán per a lectors a dieta literària. - Un 7 sobre 10



Traductor: Pau Vidal Gavilan

Data de publicació: 2014 (2016)

Pàgines: 184

Col·lecció: El Balancí. Edicions 62
 
Ja ho va fer Eric Ambler en les seves novel·les d'espionatge amb antiherois abatanats per forces que els superen. Camilleri, seguint l'estela de Ambler, ens mostra una persona corrent, víctima d'una conxorxa per desacreditar el seu treball i enfonsar el seu prestigi, per tal de paralitzar unes investigacions que poden comprometre a importants polítics i empresaris.
Mauro Assante és un alt funcionari d'una institució oficial encarregada de supervisar els comptes de bancs i grans empreses. És un home recte, discret, fidel espòs i bon pare, honrat i exigent amb el seu treball. Tot comença quan Clara, una espectacular joveneta, es presenta a casa de Mauro, enviada per una agència d'acompanyants. El provecte funcionari nega haver sol·licitat companyia, però queda embadalit per la noia. A partir d'aquí la vida de Mauro es complica: se sent vigilat, dubte dels seus caps, li paren trampes, apareix a la premsa amb falses acusacions ...
Un thriller veloç, sense transicions entre escenes, tot diàlegs, estil fàcil i pelat. I final previsible. Camilleri posa cura en estalviar esforços al lector. No limita les descripcions, les elimina. No hi ha ni una. Pocs escenaris: l'oficina, casa seva, el pis de la Carla, i para de comptar. Podria passar per una obra de teatre. Un biomanán per a lectors a dieta literària. Un 7.

Andrea Camilleri és un d'aquells autors que anomeno de "negra pantuflera", abundants a la Mediterrània, i que, tot i entenent el seu èxit (no nego la seva eficàcia), procuro evitar. Alguna de Montalbano caurà
per corroborar o desmentir.

PD Veig que s'amplia el meu etiquetatge de novel·la policíaca: "negra garrapatera", "cutre-noir" i ara "negra pantuflera".

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sábado, 21 de mayo de 2016

APÓLOGOS Y MILESIOS de Juan García Hortelano - Sólo para gourmets de la palabra y la sintaxis - Valoración un 9, con perdón


Páginas 171
Idioma Español
Publicación 1999
Editorial B (Ediciones B )

¿Por qué leo ahora un libro de García Hortelano? No tengo ni idea. Me pasa, cada cierto tiempo con él, Ramón Ayerra (1), Alejo Carpentier y algún otro malabarista del idioma. Aparecen en mi mente por alguna necesidad recóndita de iluminar y lubricar el lenguaje. Todos tienen en común el practicar cierto tipo de barroquismo que acaricia, agita o exprime el castellano. Otras veces me ocurre lo contrario: necesito poner orden en mi cacharrería neuronal, esa zona del cerebro que llaman Área de Broca, y que al parecer es donde guardamos los trastos del lenguaje. Entonces recurro a gentes de orden, adalides de la claridad y la lógica como Mark Twain, Bertrand Russell, J. D. Salinger. Sí, ya sé, son un poco socarrones; pero la guasa que no falte, engrasa el vivir.

Me puse al corriente de lo que merecía la pena leer en la ínclita España de la caspa, no tan remota como parece, durante la mili en Camposoto (Cádiz). Allí contraje dos cosas: un moco verde y espeso, debido a las humedades de las marismas, que persistió durante los tres meses de campamentos, y la afición por los manuales de literatura que no he abandonado hasta la fecha. Bueno, tres, si contamos una entusiasta afición por el fino de Chiclana, que duró lo mismo que el moco verde. Los manuales eran los de Eugenio G. de Nora y Gonzalo Sobejano que fueron un refugio (el libro en una mano para olvidar el cetme en la otra), y los devoré con fruición. Estos manuales, junto a otros muchos, tienen su lugar en mi hipocampo, área cerebral de la memoria, o un rincón en mi corazoncito, como diría un cursi.

De García Hortelano (G. H. a partir de ahora), me interesaron menos sus novelas sociales “Nuevas amistades” y “Tormenta de verano”, y más “El gran momento de Mary Tribune”, “Gramática parda” y sus relatos.
“Apólogos y milesios” reúne 14 relatos de muy diversa catadura, con el sello común de ser escritos en estado de trance verbal, sintáctico y creativo. En “Una tarde rota” una mujer cuenta un episodio terrible con su marido alcohólico (ambivalencia y extrañeza). En “La cosa más loca”, madre e hija, que se refieren a si mismas como “la niña” y “la pinta”, se reúnen en la cafetería de unos grandes almacenes para chismorrear sobre sus maridos, a los que llaman sus “dueños y señores”, y rememorar sus aventuras cleptomaníacas (kafkiano). En “Concierto sobre la hierba” un locutor radia un delirante partido de futbol en una sociedad híper cultural (paradójico). En “Necromanias” un tipo oye en la radio la noticia de su fallecimiento (desconcertante).

Por ahí va la cosa. No les gustará a todos. Como un manjar exótico es sólo para gourmets de la palabra y la sintaxis, predispuestos a aceptar raras sensaciones en la boca del estómago. Un 9, con perdón.

Nota

(1)   Ramón Ayerra es otro de esos autores que, no es que te dejen huella, te la clavan. No tengo a mano su inolvidable “La España imperial”; pero mirad como se lo monta en “La lucha inútil” (abro al tun-tun en la página 160):

Casilda, la mujer del guardia, era una leoncilla morena y dispuesta, igual de riente que su marido, pero con más garra, y con un cuerpecito tremendo, plagado de perfiles castigadores y capaz de sublevar a un regimiento de coraceros

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viernes, 20 de mayo de 2016

LA COSTILLA DE ADÁN (Rocco Schiavone 02) de Antonio Manzini - Una Donna Leon o un Camilleri con más guasa - Valoración 8 sobre 10




Título original La costola di Adamo
Traductor Regina López Muñoz
Páginas 256
Idioma Español
Publicación 2014 (2015)
Editorial Salamandra
 
El mejor final es el que te niegas a adivinar. Coincidirás, mi imperturbable Enrique, que  un Thriller (policíaco, negro, espionaje o lo que sea) se lo juega todo en el final. Un mal final puede hundir en la miseria una buena novela o redimir una mediocre. Me imagino a uno de esos famosos y forrados autores sudando la gota gorda, con las pelotas encogidas, en peliagudo trance de dar con un final glorioso, y me lo paso pipa.

Hay finales sorprendentes, previsibles, improvisados, arbitrarios, coherentes, incongruentes, chapuceros, interruptus (a saco), por lo sano, con/sin “continuará”, lánguidos, etéreos, bruscos o interminables (con epílogo 1, epílogo 2 y “cinco años después”), finales redondos, planos o circulares que retrotraen al prólogo, finales de geometría variable no euclidiana (que te quedas ¿?????). En fin, mi impávido Enrique, no acabaríamos nunca con la tipología de los finales. Una lista sin fin de los finales de los cojones, como la doble hélice esa de ADN, ácido desoxinosequé, que desplegada mide 4,5 metros, pero que está tan superenrollada y apretadita que no la ves ni con microscopio. A lo que voy, mi Enrique El Impertérrito, es que a mí, el final que me da temblores, que me estremece y espeluzna, es el que me niego a adivinar.

No es el caso que nos ocupa, para nada, ni de lejos. Es que me quería explayar con lo de los putos finales y te lo he endilgado. A que sí. Si no te lo cuelo reviento. Joder, no pongas esa cara que pareces Enrique El Osco.

La novelita ésta que te estoy contando…¿Cuál era? ¿Ah, si? “La costilla de Adán” del amigo Manzini, puede que te siente bien y te relaje esa cara de esfinge egipcia que dios te ha dado. Es simpática, confortable, circula tan bien que te la tragas y ni te enteras. Si se lo contara a otro (que no fueras tú) le prometería sonrisas y hasta alguna carcajada.

El subjefe Rocco Schiavone, el prota, es un tipo ocurrente, decidido, osado, con un buen par, que si tiene que soltar dos hostias no se lo piensa. Muy desenvuelto él, pero, como todo dios, tiene sus traumas. Se ve que su esposa, Marina, murió en la novela anterior y el pobre anda con la culpabilidad a cuestas. Hay una escena, muy a lo Fellini, en que unos adolescentes se embelesan acechando a una joven y lozana madre que se refresca en una fuente. No te creas, la cosa va de complicidad, la madre los mira y les sonríe con picardía. Te gustará, amigo Enrique El Salido.
El tema es bastante cotidiano y un poco chungo: va de malos tratos y eso; pero Manzini le pone una pizca de descaro con pimienta socarrona que resulta refrescante. Una Donna Leon o un Camilleri más guasón. Un 8.

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miércoles, 18 de mayo de 2016

DÍAS DE GUARDAR de Carlos Pérez Merinero - Rendido a sus pies (todavía no se cómo) - Valoración 9 sobre 10


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Nº de páginas: 264 págs.

Año edición: 1981 (2014)

Editorial: REINO DE CORDELIA

Igual, querido Pepe, a ti te gusta desde el principio, o, si eres tan puñetero como yo, estarás a punto de soltarla en la página 50. No lo hagas. Aguanta y no te arrepentirás.

Ahí tienen a esa pánfila, por ejemplo. Me liga ayer noche, me trae a su casa, le echo unos cuantos polvos bien echados —y no es porque se los echara yo, pero polvos como ésos seguro que no los ha conocido en su puta vida; se corría que daba gusto—, y todavía sigue pidiendo candela. Como decía un cura que había en mi pueblo —un cabronazo, como todos ellos, de aquí te espero, que se limpiaba el culo todos los días con el Osservatore Romano y se quedaba tan pancho—, es que las pobrecitas tienen el cerebro más chico. Encima de gilipollas, son desagradecidas y encima de desagradecidas, gilipollas.”

Eso al principio. Por poco feminista que seas te sentirás como un hereje en el potro de tortura de la Inquisición. Como te decía, estimado Pepe, por la página 50 ya tenía la novela clasificada como negra garrapatera, cutre-noir, cosas así, y a un tris de dejarla. Pero espoleado por un prurito del deber (un abnegado, ya me conoces), sigo adelante y siento que la obra me va ganando, me vence página a página, hasta alcanzar un triunfo total. Irrefutable. Puede que por insistencia, por acumulación o lo que sea, pero ese pedazo de bestia, Antoine, te derrota y quedas tirado a sus pies.

Antoine, hijo de emigrantes españoles en Francia, se foguea como segundón en la mafia gabacha, bajo las órdenes de un tal Lebrand, hasta que para en la trena condenado por proxeneta:
“¡Ah, se me olvidaba! La acusación fue por proxeneta. Yo, al principio, no sabía de qué iba eso de proxeneta. Después me enteré de que me habían condenado por chulo de putas. Justo justo lo que yo no he sido en mi puta vida. Y no es que me molestara la cosa, qué va —¡qué más hubiera querido yo que ser chulo de putas!—, pero es que los jueces —otra panda de aúpa— no dan una. Es cabreante la cosa, no se crean.”
Cumplida la condena, lo expulsan del país y se planta en Madrid decidido a hacerse rico en cinco días. ¿Cómo?. Atracando dos bancos, una Caja Postal de Ahorros y una joyería; rápido, de una tacada, no lo vaya a dar por rajarse. Y lo consigue, después de tres o cuatro asesinatos, nosecuantas violaciones, sin que los intervalos alcohólicos supongan un obstáculo.

Es tan perezoso que, por no contar el dinero, espera a que los periódicos le informen del monto del botín:
Además, con un poco de suerte, viene algo en el periódico y me dicen lo que he birlado. No estaría mal; me ahorraría el trabajo.”

Su espíritu de contradicción es antojadizo y extemporáneo. Cuando un taxista “canijo con muchas patillas y los dientes con más sarro que la hostia”, empieza a alardear de cuanto liga con las mujeres que suben al taxi buscando guerra, Antoine va y le suelta: “A lo mejor su señora, mientras está usted trabajando, también anda por ahí haciendo favores.” El taxista, pasmado, frena bruscamente y el conductor de una furgoneta le grita:
—¡Taxista, cornudo!
—¿Lo ve? —le digo—. Todo dios sabe que es usted un cornudo.
La escena no tiene desperdicio. Y hay muchas así, de manera que el efecto acumulativo te conquista. Aunque, mirado frase a frase, no detectes un ingenio especial, al terminar el libro te invade la sensación de que, con una rara sutileza, el autor se ha ganado tu respeto.

El prologuista la define como una novela de culto de “el más conocido de los escritores poco conocidos”. Algo de eso hay.
Si me pongo académico (no puedo evitarlo, mi admirado Pepe), puedo rastrear la genética literaria de Pérez Merinero desde el ínclito Alfonso Paso (cuando TVE era en blanco y negro), desmelenado y con caspa, pasando por la violencia gratuita de Jim Thompson, la bravuconería sexual de Bukowski, hasta el descaro juvenil del Holden de Salinger en “El guardián entre el centeno”. Todos esos “Si hay algo que me jode…”, “Si tengo una virtud es que …”, o “Es algo que no puedo remediar…”, son calcos del: “Si hay algo que odio en el mundo es el cine. Ni me lo nombren.” O el “No aguanto ese tipo de cosas. Me sacan de quicio.” Del inolvidable Holden.
Si Alfonso Paso, Thompson, Bukowski y Salinger son sus ancestros, ¿Quiénes son sus descendientes?. Pues los Montero Glez, Julián Ibáñez, Carlos Salem, Carlos Zanon, entre otros. Alguno un cutre-noir con prosa de seda.
Nada, que ya estoy leyendo a Glez o Salem. Te cuento, mi indulgente Pepe.
(P.D. Y si este post sirve para que un despistado/a lea El guardián entre el centeno de J. D. Salinger, lo doy por bueno)



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lunes, 16 de mayo de 2016

L'HOME QUE ES VA ESFUMAR (Martin Beck 02) de Maj Sjöwall y Per Wahlöö - Prosa amb més suc que a la primera de la sèrie - Valoració 8 sobre 10


 
Títol original: Mannen som gick upp i rök 
Data d'Edició: 1966 (2009)
 Nombre de pàgines: 232
Editorial: Columna 

Si Roseanna era tot os, a "L'home que és va esfumar" hi ha una mica més de polpa. Sjöwall i Wahlöö es prodiguen una mica més en les descripcions de personatges o escenaris, resultant un estil menys esquelètic, encara que en la mateixa línia objectiva de foto fixa:

" Algun pèl negre, llarg i cresp, apuntava sota l’elàstic, als engonals. Devia tenir, a tot estirar, vint-i-dos o vint-i-tres anys. No era maca en el sentit habitual del terme, però sí un exemplar altament funcional de la raça humana.”

A Martin Beck li encarreguen la recerca d'Alf Matsson, un periodista esportiu, que el porta a Hongria. A Budapest, col·labora amb Vilmos Szluka, coronel de la policia hongaresa, i desmantellen una xarxa de tràfic d'haixix en què estava implicat Matsson. Però aquest no apareix i Beck torna a Suècia on prossegueix la investigació. A mesura que interroga companys del periodista surt a la llum la seva veritable personalitat: alcohòlic, agressiu, busca-raons ... El que donarà les claus de la seva desaparició i possible assassinat.

 Martin Beck segueix en la seva línia de policia fred, reservat i una mica robòtic. La nota d'humor irònic va a càrrec del seu company el sotsinspector Kollberg.
  Encara no veig la denúncia social, política, ni el focus sobre les esquerdes de la societat sueca del benestar.Em permeto esmentar a un altre autor suec, poc conegut per aquests verals, però molt popular al seu país. Es tracta de Leif GW Persson i la seva tetralogia "El declivi de l'estat del benestar" (1) que es va considerar l'alternativa a la famosa trilogia "Millennium" de Stieg Larsson. Això em sembla forçar molt les analogies ja que són autors molt diferents; però dóna una idea de la importància de Persson. El recomano amb fervor, amb un advertiment: llegiu a Persson en ordre invers al de la seva publicació. És a dir, comenceu per la seva sèrie més recent "Evert Bäckström" (divertidíssima), i després aneu a "El declivi ...". És un consell.

Notes
(1)  No crec que estiguin traduïdes al català. Els títols de la tetralogia en castellà són:


  1. Entre la promesa del verano y el frío del invierno
  2. Otro tiempo, otra vida
  3. En caída libre, como en un sueño 
  4.  El detective moribundo
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domingo, 15 de mayo de 2016

EL DRAMATURGO (Jack Taylor 03) de Ken Bruen - Malogrado intento de hard boiled postmoderno - Valoración 7,5 sobre 10


Título original The dramatist
Traductor Daniel Menéndez Delgado
Páginas 256
Idioma Español
Publicación 2004(2009)
Editorial ViaMagna

En un intercambio de correos (pequeñas joyas literarias en si mismos) con mi amigo Pepe, gran aficionado a la novela negra, salió la idea de hacer una lectura comparativa de las dos series precursoras de la negra actual: Distrito 87 de Ed McBain en USA, y Martin Beck de Maj Sjöwall y Per Wahlöö en Europa. Cuando reseñaba “El atracador de mujeres” recordé a Ken Bruen y su sargento Brant, incondicional de McBain, y me atacó el gusanillo de leer algo del escritor irlandés. Ya había leído las dos novelas disponibles en castellano de la serie Brant (1) (que me gustaron) y “Maderos” de la serie Jack Taylor (que no me gustó). Tenía a mano “El dramaturgo” y me dije: ¡venga!. Así van las cosas por aquí.

No había dejado la coca porque deseara limpiarme. Mi camello fue detenido y no fui capaz de encontrar otro proveedor. Me sentía tan mal sin priva que pensé dejar la coca, ya puestos. Estás en racha, ya sabes, ve a por todas.”
Stewart, su antiguo camello ahora encarcelado, encarga a Jack Taylor que investigue la muerte de su hermana, en apariencia accidental. La noticia de otra joven muerta en circunstancias parecidas (en ambos casos se encuentran junto a los cadáveres sendos libros de J. M. Synge (2), escritor irlandés), dispara las sospechas de la enturbiada mente del investigador. De por medio, el marido de su exnovia Ann Henderson, policía violento, le propina una paliza que lo deja tullido y una patrulla de vengadores intenta reclutarlo. Y para rematar, un académico chiflado que imparte justicia por su cuenta.

Un “hard boiled” de aires postmodernos, estilo desarticulado que quiere parecer espontáneo, saturado de referencias musicales, literarias, repleto de alusiones a lugares, folklore y tópicos irlandeses, asfixiado por humo de tabaco, mono de cocaína y efluvios de alcohol. Buen intento, pero, en definitiva, malogrado.

Ken Bruen se muestra bipolar en sus dos series principales. En la de Jack Taylor intenta alzar el vuelo literario, con pretensiones vanguardistas,  sin acabar de conseguirlo. En la del sargento Brant, concebida como un tributo a la serie “Distrito 87” de Ed McBain, escrita en un estilo seco, directo y hasta chusco, se divierte y nos divierte a sus lectores.
No me gustan las novelas negras con protagonistas devastados por el alcohol, drogas o traumas psicológicos del pasado. Es un tópico muy trillado. Le doy un 7,5 porque, aunque estuve a punto de dejarla a la mitad, mantuvo mi atención hasta el final. Y el esfuerzo lo merece.

Notas:

(1)   Que yo sepa, de las 7 novelas de la serie Brant que ha publicado hasta ahora Ken Bruen sólo se han traducido dos: “El gran arresto” y “El alien”

(2)   J. M. Synge (1.871 – 1.909) fue un poeta, dramaturgo y folklorista irlandés, muerto prematuramente a los 38 años.
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viernes, 13 de mayo de 2016

EL ATRACADOR DE MUJERES (Distrito 87 - 02) de Ed McBain - La Gran Comedia Humana de la novela policial - Valoración 9 sobre 10


Título original The Mugger
Traductor Jose Luis Tartessos
Páginas 214
Idioma Español
Publicación 1956 (1995)
 
Me he propuesto leer y comparar las dos series clásicas de Ed McBain (Distrito 87) y Sjöwall y Wahlöö (Martin Beck). No podré cumplir el propósito por entero ya que las de McBain no están todas traducidas y las lagunas de continuidad de muchos personajes serán inevitables. La buena calidad de las tres que he leído hasta ahora me anima a seguir.
“El atracador de mujeres” es la estupenda segunda entrega de la serie “Distrito 87” en la que Ed McBain demuestra que es un autor versátil con una amplia gama de recursos literarios:
-   Un doble hilo argumental que confluye con total naturalidad. Por un lado los atracos con violencia a mujeres y, por otro, el asesinato de una joven en cuya escena del crimen aparecen las gafas de sol que lo relacionan con el atracador.
-   La presentación de nuevos personajes bien definidos que formaran el gran elenco de las 55 novelas de la serie. Sus vidas y peripecias son la promesa de una palpitante comedia humana. Steve Carella, el protagonista de “Odio”, está de viaje de bodas y pasan al primer plano Hal Willis, el pequeño y sonriente detective judoka, Roger Havilland, con “cuerpo de un luchador y la cara de un querubín de Botticelli”, y Bert Kling, el joven patrullero que quiere ser detective. Claire Townsend, la interesente nueva pareja de Kling, morirá 13 novelas después. La despampanante detective Eileen Burke que actuará de cebo para cazar al atracador. O los impávidos detectives de homicidios Monoghan y Monroe.
-    Facilidad y fluidez en el manejo de registros muy variados siempre envueltos en una pátina de falso candor: humor, violencia, ingenuidad, astucia; se despliegan con tal habilidad que la sorpresa y el pasmo son compatibles con una lectura sonriente y confortable.
-    Mucho humor. Fácil pero eficaz. Como cuando los detectives Meyers y Patillas interrogan a un fabricante de gafas: “—¿Puede decirnos algo sobre ellas? —preguntó Meyer. —¿Que si puedo decirles algo? —Candrel sonrió con aire de superioridad” Y les suelta dos páginas de especificaciones técnicas sobre la fabricación y distribución de gafas que los detectives no saben cómo parar. O cuando, en un interrogatorio, un detective dice al sospechoso: “—Cierra tu maldita boca y contesta a las preguntas —ordenó Havilland, contradiciéndose.”
-    Descripción ágil y rotunda: “El edificio de Homicidios Norte era el más pobre, repelente, sucio y miserable que Kling había visto en su vida.”
-     Interrogatorios vivaces y diálogos chispeantes.
-     Presencia de técnicas de procedimiento sin abrumar al lector. A menudo ironiza sobre los técnicos forenses: “Dad al laboratorio de la policía una astilla de cristal y nos dirá la marca del coche que conducía el sospechoso, cuándo lo lavó por última vez, qué estados visitó y si hizo el amor alguna vez en el asiento trasero.”

No son pocos los autores modernos que rinden homenaje a la obra de McBain. Creo recordar que Ken Bruen (1), en “Alien”, nos cuenta que su brutal sargento Brant colecciona y relee constantemente la mítica serie.
Creo poder calificar a las 55 novelas de la serie “Distrito 87” como la gran Comedia Humana de la novela policial. Y, en consecuencia, a Ed McBain el “Balzac” del género negro (que Simenon me perdone). Lástima que no todas están disponibles en castellano.

Notas

(1). Ken Bruen tiene dos series: La de Jack Taylor y la del sargento Tom Brant. A mi me gusta más la de Brant: tipos duros y toscos, violencia, mucho humor chusco pero eficaz…como una parodia de McBain. De las siete novelas que ha escrito de la serie Brant, solo hay traducidas dos: “El gran arresto” y “El alien”. Muy entretenidas. Se hizo una película, “Blizz”, basada en este personaje.
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miércoles, 11 de mayo de 2016

ROSEANNA (Martin Beck 01) de Maj Sjöwall y Per Wahlöö - Buena novela de procedimiento de los precursores de la negra nórdica - Valoración 8 sobre 10


Traductor Cristina Cerezo | Martin Lexell
Páginas 178
Idioma Español
Publicación 1965 (2009)
Editorial RBA Libros
 
Buena novela de procedimiento, es decir, centrada en las fases y progreso de la investigación. Martin Beck, es un inspector reservado y resuelto, muy entregado a su trabajo, con una hija de 12 años y un matrimonio en descomposición. Su mujer dejó de trabajar al tener la hija y ha ido evolucionando hacia una esposa-madre preocupada por la alimentación y los resfriados de Beck. El estilo es claro, sobrio, enfocado a describir la acción. Los personajes se perfilan por sus palabras, gestos y acciones, más que por sus elucubraciones introspectivas.

Una pala de excavadora que limpiaba el fondo de un lago, extrae casualmente el cadáver de una mujer desnuda. Por el estado del cuerpo se sabe que fue asesinada hace pocos días. Se manda su foto y características a la Interpol y a los 3 meses llegan noticias del inspector Kafka desde  los EE.UU. La víctima ha sido identificada como Roseanna, una joven estadounidense, que trabajaba en una biblioteca de Lincoln (Nebraska), de viaje turístico por Suecia. Una laboriosa investigación de la que se nos dan a conocer las trascripciones literales de interrogatorios, informes y exámenes detallados de fotografías y películas super-8 cedidas por testigos, acaban en vagas fotografías del sospechoso. Identificarlo, montar un complicado dispositivo de seguimiento (del que se nos dan todos los detalles), tenderle una accidentada trampa y detenerlo, nos llevan a un forzado final. A lo largo de todas las pesquisas, los datos fluyen de manera objetiva y hacen que el lector se sienta implicado y partícipe en la investigación.

Maj Sjöwall y Per Wahlöö son los precursores de la novela negra sueca y los referentes de los autores nórdicos más comprometidos con la crítica política y social, y más empeñados en mostrar las fisuras de la sociedad del bienestar. En esta línea destacan: Jan Arnald, Henning Mankell, Mari Jungstedt, Kjell Eriksson, Kerstin Ekman, Håkan Nesser, Åke Edwardson, Helene Tursten, Åsa Larsson, Göran Lundin, Liza Marklund, Leif GW Persson, Camilla Läckberg, Majgull Axelsson, P. C. Jersild, Annika Bryn, Mons Kallentoft, LiseLotte Divelli, Robert Karjel, Karin Alvtegen, Helene Tursten, Pernille Rygg, Anne Holt, Karin Fossum, Hans Olav Lahlum, Gunnar Staalesen, Jørn Lier Horst, Jussi Adler-Olsen, Michael Larsen, Leif Davidsen, Peter Høeg, Leena Lehtolainen, Reijo Mäki, Matti Rönkä, Arnaldur Indriðason y Yrsa Sigurðardóttir.
Stieg Larsson y Jo Nesbø, aunque comparten la denuncia del poder político y económico corrupto, siguen una línea más espectacular, más extrema, un modelo más americano.
Yo, en Roseanna (1.965), la primera novela de la serie Martin Beck, no veo esa intención de denuncia social, que, supongo, aparecerá en siguientes 9 novelas que componen la serie. Yo veo una buena novela de procedimiento con influencias del objetivismo del “nouveau roman” francés (Nathalie Sarraute, Marguerite Duras, Claude Simon, Michel Butor…). De hecho, en 1995, The Mystery Writers of America le otorgó a “El policia que ríe” el segundo premio a la mejor novela procedimental, detrás de “Dance Hall of the Dead” de Tony Hillerman.
Supongo que Sjöwall y Wahlöö conocían al gran Ed McBain (seudónimo de Evan Hunter) y su serie Distrito 87 que empezó a publicar en 1.956, inaugurando la novela policial de procedimiento, más realista, a pié de calle y con una amplia gama de registros (humor, erotismo, impotencia ante la extensión del delito, corrupción institucional…). Un buen ejercicio sería comparar las dos series. Roseanna me ha gustado y seguiré leyendo a la pareja comunista sueca. Un 8.

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lunes, 9 de mayo de 2016

GIORDANO BRUNO, EL HEREJE IMPENITENTE de Michael White - Biografía al estilo Zweig, enfática y con cierto aire de soflama - Valoración 7,5 sobre 10


Título original The Pope and the heretic
Traductor Albert Solé
Páginas 224
Idioma Español
Publicación 2001 (2002)
Editorial Vergara
  
No sabía que el cardenal Roberto Belarmino, el encargado de acusar a Giordano Bruno, que fue torturado y murió quemado en la hoguera, y en 1.616 a Galileo Galilei que se retractó librándose por pelos, fue canonizado en 1930 por el papa Pio XI. También acusó y mandó torturar a otros muchos desdichados y ahí lo tienes: Santo. Por cierto, Pío XI firmó en 1933 el concordato con la Alemania nazi y disolvió el Partido de Centro, de raíz democristiana, con lo que desarticuló la única oposición legal en Alemania. El cardenal alemán Faulhaber lo llamó “el mejor amigo de los nazis”.

Curioseando por la red, veo que “el papa Pablo VI creó un título cardenalicio con su nombre (el de Roberto Belarmino). Jorge Mario Bergoglio era el titular de esa cátedra cardenalicia cuando fue elegido Sumo Pontífice bajo el nombre de Francisco en el Cónclave de 2013.” ¡Que cosas!.


Tampoco sabía que en los primeros tiempos de la Inquisición los clérigos no podían intervenir directamente en la tortura “porque en ese caso el Papa no hubiese podido permitir que luego atendieran las necesidades espirituales del pueblo laico” y se limitaban a supervisar el trabajo de torturadores profesionales. Pero todo tiene solución y en 1.256 el papa Alejandro IV “tuvo la ingeniosa ocurrencia de que si en cada sesión de tortura había presentes al menos dos sacerdotes, podrían prescindir de la mano de obra contratada y luego absolverse el uno al otro”. Ingeniería teológica bastante siniestra.


Otro detalle que me ha llamado la atención es la importancia de la mnemotecnia en la antigüedad y la Edad Media, hasta en descubrimiento de la imprenta. Por supuesto no existían los ordenadores, pero tampoco libros manejables (eran rollos de papiro o pergamino), ni la modesta pero inestimable libreta de notas. Sabemos que los romanos contaban ya con una mnemotecnia totalmente desarrollada que formaba parte, como técnica auxiliar, de muchos tratados de oratoria. En la Edad Media esos conocimientos se pedieron, como casi todo, hasta que Tomás de Aquino la desenterró en el siglo XIII. A partir de entonces, la mnemotecnia vuelve a estar presente en algunos manuales para predicadores. Giordano Bruno era un experto y escribió varios tratados sobre el tema. Quien quiera saber más sobre la historia de la mnemotecnia puede consultar la página http://www.mnemotecnia.es/historiadoc.php?ref=bhm_cap2


Una cosa lleva a otra, y yo he llegado a ésta biografía de Giordano Bruno gracias a la atención que le dedica Stephen Greenblatt en su asombroso libro “El giro”, al que fui a parar porque lo elogiaba Matt Ridley en su libro “The Evolution of Everyting”, que leí por… En fin, la maravillosa cadena bibliográfica.


“Giordano Bruno, el hereje impenitente” es una biografía poco académica, al estilo Zweig pero menos brillante, enfático y con cierto aire de soflama, bueno para hacerse una idea del contexto opresivo en que se desarrolló la cultura europea bajo la losa de la Iglesia Católica desde el Concilio de Nicea en el año 325 hasta bien entrado el siglo XIX. White nos informa de las andanzas de Bruno, su proceso (del que falta mucha documentación) y muerte en la hoguera, las ideas que lo nutrieron y su influencia en el pensamiento disidente posterior.

La filosofía de Bruno se puede resumir como un panteísmo ecléctico que se nutria de la cosmología de Copérnico, la metafísica de Nicolás de Cusa, el atomismo de Lucrecio y la magia y hermetismo ancestrales que, fruto de la fascinación por todo lo antiguo, llegaron al Renacimiento de manera muy fragmentaria y distorsionada:

La nuestra es una época en la que damos por sentado que el futuro será más progresista e ilustrado que el pasado, que mañana sabremos más y comprenderemos más que hoy, y pasado mañana todavía más. En nuestra época, el pasado recibe un homenaje meramente simbólico; pero el Renacimiento, con todo lo glorioso e importante que resultó, fue un período en que los pensadores veían el pasado y el futuro de una manera diametralmente opuesta a la de los intelectuales modernos. Los hombres del Renacimiento volvían la mirada hacia el pasado y veían una cultura más refinada, y estaban convencidos de que los antiguos habían tenido acceso a un acervo de conocimientos unitarios muy superiores a los suyos.


La obra tiene algunas carencias como el poco reconocimiento de la influencia de Lucrecio en Bruno y exagera la repercusión de su pensamiento en la posteridad relacionándola con la “extrañeza” de la teoría cuántica y de la relatividad. Eso es ir demasiado lejos. La física actual es abstracta, antiintuitiva y poco analógica, pero eso no autoriza a relacionarla con los misticismos herméticos o Zen, como parece estar de moda.

Un libro útil con un enfoque dudoso. Un 7,5.



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