sábado, 30 de abril de 2016

POR QUÉ LA TEORIA DE LA EVOLUCIÓN ES VERDADERA de Jerry A. Coyne - Claro, inteligible, didáctico y asombroso en los detalles - Valoración 9 sobre 10


Título original Why evolution Is true
Traductor Joan Lluís Riera Rey
Páginas 368
Idioma Español
Publicación 2009 (2012)
Editorial Crítica

Matt Ridley en su libro “The Evolution of Everyting” dice:
“La evolución es mucho más común, y mucho más influyente, de lo que la mayoría de la gente reconoce. No se limita a los sistemas genéticos, explica la forma en que la práctica totalidad de la cultura humana cambia: de la moral a la tecnología, desde el dinero a la religión. La forma en que estas corrientes de flujo de la cultura humana es gradual, incremental no dirigido, emergente y conducido por la selección natural entre las ideas de la competencia.

El libro de Jerry Coyne “Por qué la teoría de la evolución es verdadera” es el que mejor explica (de los que conozco) las bases científicas de la evolución.

Este libro se publicó en 2009, un poco antes que el de Richard Dawkins “Evolución: El mayor espectáculo sobre la Tierra”. En el prólogo, Dawkins elogia el libro de Coyne al igual que en la reseña que hizo de él en el Times Literary Supplement. Los dos libros tienen el mismo propósito: ofrecer pruebas de la verdad de la teoría evolucionista, ante las críticas del Creacionismo y del Diseño Inteligente, su versión más actual. Y una estructura muy parecida en la que demuestran como se cumplen las predicciones de Darwin a través de un sinfín de descubrimientos de las nuevas ciencias evolutivas: el registro fósil, los métodos de datación, la embriología, la genética, el reloj molecular, etc.
No sé si reseñaré el libro de Dawkins (por no redundar en el tema); pero declaro, desde el principio, que éste de Coyne, ofrece un magnífico panorama de las ciencias evolutivas actuales. Es claro, inteligible, didáctico y asombroso por la cantidad de detalles singulares que presenta.


Al lector europeo le choca, en los autores evolucionistas, el énfasis en presentar la Teoría de la Evolución como réplica al Diseño Inteligente (DI), cuando ésta alternativa, al no proponer hipótesis contrastables, se aleja del método cientifico y es considerada una pseudiciencia. El “evolucionismo a la defensiva” lo practican Coyne, Dawkins, Dennett, Harris y otros. La razón hay que buscarla en el respaldo económico que prodigan los grupos religiosos (sobre todo en (USA) a los defensores del DI, a pesar de su insignificancia científica. Supongo que defender el DI ayuda a preservar las creencias religiosas. El mismo Jerry A. Coyne dice en su último libro “Faith vs. Fact.” (Viking 2015):
Mi tesis es la siguiente: la ciencia y la religión son incompatibles, ya que tienen diferentes métodos para obtener conocimiento acerca de la realidad, tienen diferentes formas de evaluar la fiabilidad de ese conocimiento, y, al final, llegan a conclusiones contradictorias sobre el universo. El conocimiento adquirido por la religión está en contradicción no sólo con el conocimiento científico, sino también con el conocimiento que profesan otras religiones. Al final, los métodos de la religión, a diferencia de los de la ciencia, son inútiles para la comprensión de la realidad.

La religión no es inocua para la ciencia:
Cuando se les preguntó en 2007 por qué niegan la evolución, los estadounidenses dieron como las principales razones su creencia en Jesús (el 19 por ciento de los encuestados), Dios (16 por ciento), o la religión en general (16 por ciento), muy superior a los que pensaban que no habia  suficiente evidencia científica para la evolución (14 por ciento).” “Faith vs. Fact.” (2015)
En USA el 40% creen en la evolución, en Francia, Escandinavia o el Japón el 80%. Casi dos terceras partes de los americanos piensan que en las escuelas debería enseñarse el Creacionismo y el DI como alternativa al Evolucionismo.
Ronald Reagan dijo ante un grupo evangélico de Texas; «Bueno, es una teoría. Es sólo una teoría científica, y durante los últimos años ha sido desafiada en el mundo de la ciencia, y la comunidad científica ya no cree que sea tan infalible como creía en otro tiempo». Coyne aclara la diferencia entre el uso común de la palabra “teoría” y el concepto científico. En el habla corriente teoría equivale a conjetura u opinión, mientras que en ciencia  es «el enunciado de lo que se tiene por leyes, principios o causas generales de algo conocido u observado». Nadie cree que la teoría de la gravitación sea opinable.

Coyne resume la teoria de la evolución en una frase:
La vida en la Tierra ha evolucionado de manera gradual a partir de una especie primitiva (quizá una molécula con capacidad de replicación) que vivió hace más de 3.500 millones de años; luego se fue ramificando a lo largo del tiempo, produciendo muchas especies nuevas y diversas; y el mecanismo de la mayor parte (no la totalidad) del cambio evolutivo es la selección natural.”
En el libro desarrolla los seis componentes de la teoría de la evolución: evolución, gradualismo, ascendencia común, selección natural y mecanismos no selectivos de cambio evolutivo.
Después de explicar la teoría de la evolución, pasa al análisis de los hallazgos de las ciencias evolutivas que la fundamentan:
-         Los fósiles.
-         El estudio de los vestigios y la embriología
-         Los mecanismos de la selección natural.
-         La biogeografía.
-         La selección sexual y los dimorfismos.

Para terminar explicando la evolución humana.

Los fósiles.

A partir de 1945 los métodos de datación por radioisótopos han permitido fechar la antigüedad de los depósitos fósiles.
Cada isótopo se desintegra con una tasa característica. Las rocas antiguas suelen datarse con uranio-238 (U-238), que se encuentra en un mineral común, el circón. El U-238 tiene una vida media de unos 700 millones de años. El carbono-14, con una vida media de 5.730 años, se utiliza en rocas mucho más recientes, o incluso en artefactos humanos como los manuscritos del mar Muerto.

En el estudio de los registros fósiles tiene un papel clave la identificación de las espécies de transición o los eslabones que marcan la bifurcación de una especie en otras distintas. Lo ilustra con numerosos ejemplos, todos sorprendentes:
1.     Sobre la base de sus semejanzas anatómicas, los entomólogos habían postulado que las hormigas debían de haber evolucionado a partir de unas avispas no sociales. En 1967, E. O. Wilson y colaboradores hallaron, preservada en ámbar, una hormiga «transicional» que poseía casi el catálogo completo de caracteres de hormiga y avispa que los entomólogos habían predicho.”
2.      De modo parecido, desde hacía mucho tiempo se suponía que las serpientes habían evolucionado a partir de reptiles con aspecto de lagarto que perdieron las patas, ya que los reptiles con patas aparecen en el registro fósil mucho antes que las serpientes. En 2006, unos paleontólogos que excavaban en Patagonia encontraron un fósil de la serpiente más antigua conocida, de hace 90 millones de años. Tal como se había predicho, tenía la cintura pélvica pequeña y las patas posteriores reducidas.
3.     “Pero quizá el hallazgo más emocionante sea un fósil de hace 530 millones de años descubierto en China llamado Haikouella lanceolata, que se asemeja a una pequeña anguila con una aleta dorsal con volantes. Pero también tenía cabeza, cerebro, corazón y una cuerda cartilaginosa que le recorría el dorso: un notocordio. Este fósil marca lo que quizá sea el primer cordado, el grupo que dio origen a todos los vertebrados, incluidos los humanos. En este complejo organismo de apenas un par de centímetros de longitud podrían encontrarse las raíces de nuestra propia evolución.

Embriones.

El desarrollo embrionario reproduce en gran medida las fases evolutivas. Se activan y desactivan genes comunes a los peces, reptiles, anfibios y mamíferos. Como ejemplos: el aspecto de pez de todos los embriones de vertebrados en su primera fase, el vello fino (lamugo) que aparece en el embrión humano de 6 meses y después desaparece, el relejo de prensión de los bebés humanos que desaparece a los pocos meses y es el rastro del que tienen las crias de primates por la necesidad de agarrarse al pelo de la madre para su trasporte, y que en ellos dura toda la infancia.

El mal diseño.

Los múltiples casos de mal diseño son, en sí mismos, una prueba del proceso evolutivo. Como parte de genes ancentrales, a menudo sigue procesos tortuosos: los peces planos, el nervio laringeo de los mamíferos que en los humanos recorre una distancia de 1 metro cuando bastaría con 30 cmts. Y en la jirafa recorre 4,6 metros más que si lo hiciera por la ruta directa. Y es porque proviene de un gen que desarrolla el arco branquial de los peces. Los problemas de próstata de los hombres y los de parto de las mujeres tambien son producto de un diseño evolutivo chapucero: “El problema es que al aumentar nuestro volumen cerebral, la cabeza del bebé se hizo muy grande en comparación con la abertura de la pelvis, que tenía que mantenerse estrecha para permitir un eficiente bipedismo.”

No voy a seguir desmenuzando el libro para no fastidiar el disfrute de quien se disponga a leerlo. Lo recomiendo con entusiasmo a quien quiera adentrarse en uno de los pilares de la cultura moderna que cada vez se extiende a más ciencias: biología, antropología, sociología, psicología, neurociencias, economia, y algunas más. Un 9.



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